Me vais a permitir este año una carta un poco más personal, me ha salido así, espero que no os importe…
Este tercer año como Director, no ha sido sencillo en el plano personal, han sido muchos los momentos en que me ha costado gritar este ULTREIA que sabéis me acompaña, la vida a veces se empeña en poner a prueba nuestros límites, incluso nuestra fe… Doy gracias a Dios porque a pesar de todo siempre lo he sentido cerca, no trato de comprender por qué suceden estas cosas, sé que hay razonamientos que nunca entenderemos aquí en la Tierra, me gusta pensar que las personas que nos han dejado tienen una misión mucho más importante allí arriba y que siempre nos acompañarán y nos enviarán fuerzas y luz cuando más las necesitemos aquí.
Entre varias cosas, tengo una cuartilla en mi mesita de noche que me gustaría compartir:
“NO TE DETENGAS.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre”.
Walt Whitman.
No la leo todos los días, pero sí todos los días que lo necesito, me ayuda mucho a recobrar mi esencia, a recuperar fuerzas para gritar ese ¡¡¡ULTREIA!!! Porque como dice somos seres llenos de pasión, pasión por hacer las cosas bien, por cambiar este mundo, por entregar el amor de Dios a los que más lo necesitan, porque como decía Santa Teresa “la falta de Amor es la mayor de las pobrezas”.
Tener estos motivadores personales y dirigir Cáritas con este propósito me aporta muchísimo: es donde realmente me siento yo, donde siento que aporto todo mi potencial, acompañado de ese gran equipo de personas, trabajadores y voluntarios que estamos consiguiendo hacer muchas cosas para que ese Amor fraterno llegue de verdad a tanta gente en nuestra Diócesis que lo necesita.
En 2021, a pesar de estos baches, he renovado con ilusión mi cargo por 3 años más, hemos caminado mucho, pero aún siento que hay mucho por caminar, junto con todos vosotros y hasta que Dios quiera.
No os voy a aburrir este año con más cifras y datos, ya los tenéis bien desarrollados en esta memoria, sabéis que están siendo años muy duros con pandemias, guerras, inflación… pero por suerte estamos más fuertes que nunca para gritar ¡¡¡ULTREIA, Adelante, Siempre Adelante!!!