En el año en el que seguimos celebrando el 75 aniversario de Cáritas española, echamos la vista atrás para dar a conocer la actividad de nuestra Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante durante el 2021 y para dar gracias al Señor por todo el bien que se ha hecho.
“Somos lo que damos. Somos amor”. Estas palabras de la campaña del Corpus Christi, del día de la Caridad, nos ayudan a reflexionar sobre nuestra identidad y la actividad que nace de la misma. En esta memoria aparecen muchos datos, muchas cifras que ponen de manifiesto la gran labor social que desarrolla nuestra Iglesia particular.
Realmente estamos llamados a ser amor en medio de nuestro mundo; en un mundo en el que crece el individualismo, la tensión, podemos dar muestra que es posible la donación de nosotros mismos, es posible el amor gratuito, el amor que se entrega al hermano, contra toda lógica humana, siguiendo el mandato de Jesucristo: “Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12).
Contamos con más de 2.000 voluntarios y colaboradores en nuestra Diócesis que acompañan a más de 14.000 participantes en las distintas Cáritas Parroquiales, proyectos, recursos… Es ahí donde queremos seguir dando respuesta a los desafíos que se nos plantean. Más de 39.000 hermanos nuestros han sido beneficiarios de nuestra acción y queremos seguir a su lado para que salgan de la exclusión en la que se encuentran.
El informe FOESSA, presentado recientemente en la Comunidad Valenciana, nos ofrece un magnífico estudio sobre cuáles son las causas de exclusión social a las que podemos seguir dando respuesta. Sigamos fomentando el empleo digno y estable, trabajemos por una vivienda que sea un auténtico hogar para todos, ayudemos a que todos tengamos una alimentación saludable y que nadie sienta que está sólo o se queda al borde del camino.
Seamos amor, sigamos siendo signo del Amor de Jesucristo en nuestro mundo, que se concreta en el amor a los más pequeños, a los más vulnerables.
Con esta Memoria, damos gracias a Dios por la gran familia de Cáritas Diocesana que sigue respondiendo a los desafíos que se plantean en nuestra tierra de Orihuela-Alicante y sigue siendo un signo visible del gran Amor de nuestro Dios.